lunes, 27 de mayo de 2019

"El juego de la inocencia", de Marisa Sicilia

Ediciones B

Marisa Sicilia

Sinopsis:

Louis de Argenteuil, joven ocioso y libertino, ve amenazada la comodidad de su vida cuando su tío Eustache, harto de su desidia y ante su inminente nuevo matrimonio, decide retirarle su ayuda económica.

Louis tendrá ocasión de desquitarse seduciendo a Hélene Villiers, la futura esposa de Eustache, una muchacha sencilla e inocente, recién salida de un convento, a quien aleccionará en la práctica de toda clase de excitantes juegos, siempre dejando intacta su virginidad.

Resguardar la virtud de Hélene supondrá todo un desafío para Louis, un descubrimiento para Hélene y una sorpresa para ambos.


Me ha encantado este libro. Marisa Sicilia me parece una estupenda escritora, mucho mejor que algunas consagradas en novela romántica que venden un montón de libros. Ojalá tenga mucho éxito. 

La historia tiene lugar en la Francia de 1789, desde unos meses antes de la revolución francesa hasta julio de aquel año, y se desarrolla fundamentalmente en el campo y finalmente en el París convulso de aquel verano que marcó la historia de Francia. Los escenarios son pocos, pero minuciosamente recreados, desde la mansión de Tours en la que vive la tía de Louis y en la que se desarrolla la mayor parte de la relación entre los protagonistas, hasta la carcel de La Bastilla y las calles del París alzado en armas contra la nobleza.

El carácter de los personajes, sus motivaciones, el entorno en el que se mueven... todo está muy bien contado, cuidando el detalle y la verosimilitud. Los personajes no son de los que nos resultan simpáticos y atrayentes desde el principio: Louis es un noble libertino de verdad, no como tantos de esos truhanes o sinvergüenzas de los que hablan otras novelas románticas que cuentan historias de finales del XVIII o principios del XIX y que nos presentan protagonistas prromiscuos, eso sí, pero tienen unos principios morales que ya quisieran muchos miembros de ONGs del siglo XXI. Louis es un auténtico capullo, pero tampoco es nada que no se considerase absolutamente normal en un noble de la Francia prerrevolucionaria: egoísta, egocéntrico, manirroto, amoral, pagado de sí mismo, superficial... Está absolutamente a la última y solo le preocupa tener dinero y poder para pasarlo bien. Hélene, por su parte, nos resulta en un primer momento sosa, apocada y excesivamente sumisa; pero claro, es que eso sería lo normal en una jovencita pobre de 16 años que ha pasado más de la mitad de su vida en un convento. Ambos son aparentemente muy diferentes, pero en el fondo no lo son tanto: los dos son muy jóvenes (lo normal también en aquella época en la que las relaciones de pareja y los matrimonios se concertaban  antes de los 20 años para las jóvenes y no mucho después para los caballeros) y ninguno de los dos tiene experiencia en el amor, porque Louis ha tenido muchas amantes, pero del amor no sabe absolutamente nada. Así que son personajes absolutamente reales, no jóvenes treintañeros del siglo XX o XXI disfrazados de época. Por otra parte, la autora nos va introduciendo poco a poco en su mentalidad y haciéndonos conocerlos mejor; así descubrimos que Louis, pese a seguir siendo un capullo hasta casi el final del libro, tiene un lado muy vulnerable y un anhelo desesperado por ser aceptado y amado; en cuanto a Hélene, no se transforma en una joven segura de sí misma y defensora de los derechos de la mujer, pero sí descubre fuerza dentro de sí misma primero para aceptar sus deseos y abrirse a nuevas experiencias y después, con el tiempo, para exponer abiertamente lo que quiere y no aceptar lo que los demás le quieren imponer.

El contexto histórico está muy bien cuidado y las conversaciones y forma de ser de los personajes, tanto de los protagonistas como de los secundarios, fundamentalmente los tíos de Louis, los criados y algunas de las personas que conocen en los eventos sociales, son también completamente auténticas. El vestuario, la iluminación, la comida, los sonidos, los olores, todo lo que se nos cuenta nos transporta a aquella época. Incluso la forma de actuar de los personajes, tan contraria a lo que estamos acostumbrados hoy en día y a lo políticamente correcto, resulta totalmente coherente con el momento y con su personalidad. Y es que la autora nos introduce mucho en la cabeza de los protagonistas y nos muestra sus deseos, sus miedos y sus maquinaciones. Odiamos a Louis muy a menudo y al mismo tiempo le vamos cogiendo cariño conforme vemos cómo va cambiando su relación con Hélene.  Y al final, pese a lo que nos haya podido repeler su forma de pensar y de actuar, Marisa Sicilia consigue convencernos de que de verdad ha cambiado por amor.

La parte relacionada con el sexo está muy bien contada. Es una novela muy sensual y en ella el erotismo juega un papel muy importante, ya que es la base de la relación inicial de los protagonistas. Como en "Las amistades peligrosas", se trata de un caballero que quiere seducir y pervertir a una joven, así que la iniciación sexual de la joven ocupa un buen número de escenas que además sirven para que veamos como va cambiando la forma en que Louis la percibe y el modo en que se relaciona con ella... y ella con él. Gracias a esta forma de contar el avance de la relación entre ambos creo que la autora consigue que todas estas escenas tengan sentido dentro de la historia. A mi parecer no sobra ni una, y eso es difícil en estos tiempos en que se usa tanto el sexo simplemente para vender el producto.

En fin, que os la recomiendo MUCHO. Puntuación: 5 estrellas